El impuesto sólo para mujeres

Por: Nadia Velmore   @nadiamaria_velmore

Sabias que las mujeres pagan 17% más por el mismo producto con la misma función que un hombre, por el simple hecho de comprarlo “rosita”? Así es leíste bien, tener un estereotipo de género o ser mujer cuesta y cuesta caro.

 ¿Porqué se da esta constante en el mercado de consumo? Diferentes estudios han encontrado que la mayoría de las compras son hechas por mujeres. Por lo tanto, las agencias de publicidad se han dado a la tarea de hacer los productos mas apetecibles para las mujeres y así poder elevar el precio por el mismo producto con la misma función. A este tipo de practica se le llama el “impuesto rosa”.

Una categoría donde esta practica se ve reflejada implacablemente es en ropa de infantes y bebes, es aquí donde las compañías hacen su “agosto” dijera mi abuelita. Si el padre o la madre tiene un estereotipo (rosa para niña y azul para niño) le costara a la economía familiar 13% más aun cuando la prenda de ropa sea la misma y lo único que varia es el color o la sección (niños o niñas) donde se encuentra localizado el producto según menciona la Profeco.

Un estudio realizado por la organización de asuntos para el consumidor de Nueva York encontró que las consumidoras pagaran más por los siguientes productos a lo largo de su vida:

7%   en juguetes y accesorios

13% en ropa y cuidado personal

4%  en ropa de adulto

8% en ropa para adultos mayores y productos de cuidado personal

La Biblioteca del Congreso Nacional de Chile (BCN) explica que el “pink tax”o impuesto rosa, debe entenderse no propiamente como un impuesto, en cambio, debe tratarse como un sobreprecio aplicado por estrategias mercadológicas, consecuencia de la estrecha vinculación entre la mujer y el hogar, lo que explicaría su mayor peso en las decisiones de compra.

                                    Imagen: sinembargo.mx                                                                                        

Y como no entender el incremento si en un estudio realizado por Harvard Journal el 70% de las decisiones de compra las hacen las mujeres. Por lo tanto, esto nos vuelve el objetivo perfecto para estrategias de consumo.

¿Qué hacer para no pagar de más en productos de primera necesidad?

  1. Identifica si el producto es único o especializado hacia el sexo femenino. Si no lo es compara el precio con la versión masculina de la misma marca. Si el tiempo te lo permite revisa el precio de la competencia.
  2. Comprar al mayoreo también ofrece beneficios, revisa si el producto que quieres adquirir, es un producto que usas regularmente de ser así considera comprar por volumen.

Esto es lo que puedes hacer a corto plazo para evitar ser víctima del impuesto rosa. Sin embargo, a largo plazo podemos hacer aún más.

Lo más importante es reconocer el poder que tenemos las mujeres sobre la economía, como ya lo mencioné las mujeres forman entre el 70% y el 80% de compradoras del mundo. Si bien es cierto, esto nos hace un blanco perfecto para las estrategias de marketing, también lo es que nos pone en el lugar del conductor.

Por lo tanto, podemos influenciar la forma de hacer marketing de las empresas, las causas sociales con las que se comprometen e incluso hasta sus políticas internas, para beneficiar a lxs trabajadores en tal o cual empresa.

Como consumidores podemos exigir el trato igualitario en precio y la atención a nuestras necesidades hoy en día.

Atender solamente a los estereotipos y cambiar de color el producto no genera un cambio y mucho menos un beneficio para las consumidoras sólo genera beneficios para la propia empresa a costa del consumidor. Y tal vez, alguien pudiera pensar esa es la relación natural entre consumidores y empresas, lo cual es completamente cierto, pero también lo es que la competencia es innegable. Los consumidores tenemos el derecho de decidir en donde invertimos nuestro dinero y segura estoy que lxs consumidores prefieren invertir su dinero en un producto que no nada más les otorgue un beneficio a corto plazo, sino también a largo plazo.

Que beneficios podemos derivar a largo plazo que pudiera influenciar mi decisión de compra  pongamos el ejemplo de una empresa que hace jabones, la cual su mercado primario son mujeres, pero ciertamente siguen el estereotipo de antaño jabón de color rosa perfumado modelos delgadas etc. donde toda la campaña de marketing esta basada en estereotipos de antaño y además no invierte en programas sociales para acortar la brecha de desigualdad de género, pero si deriva toda sus ganancias de mujeres, solamente me genera un beneficio a corto plazo el uso del jabón, quizás el perfume me gusta y por eso lo compro, pero no me da más. A diferencia del jabón de la competencia que quizás no huele tan apetecible pero dicha empresa no cae en estereotipos y además apoya u organiza eventos para brindar oportunidades a niñas de comunidades marginadas, se aleja de campañas de marketing que cosifican a la mujer. Es decir, los mismos $50 pesos que pagaste por dicho jabón, también le dieron una oportunidad a otra mujer y no laceraron la autoestima de otra niña usando campañas que solamente apoyan el estereotipo de belleza de la mujer delgada y de tez blanca.

Ciertamente una consumidora informada se inclinaría más por la competencia, ya que a largo plazo me deriva más beneficios a mi, a mi comunidad y a mi género. Empecemos por exigir que las marcas se comprometan con cambios que son importantes para nosotras. Pongamos el poder de nuestro dinero en donde nos derive un beneficio a corto y a largo plazo.

1 comentario

  • Excelente trabajo , muy buena información, debemos cambiar a favor de la mujer

    Saul Hamed Guerrero

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