Vivir sin miedo, nuestro propósito en 2021

 Por: Patricia Gúzman @Pat0gp

Sin duda alguna, 2020 ha sido un año atípico y extraordinario en todos los sentidos. Muchos hemos vivido cosas inimaginables; millones de familias en el mundo este año festejaron las fiestas decembrinas sin uno o varios integrantes, y es lamentable ver como la pandemia continúa afectando a más personas.

Miles y millones de historias están ocurriendo ahora mismo, personas que han estado en completo aislamiento se han contagiado, personas que no han estado en aislamiento se han contagiado, personas con precondiciones medicas se han contagiado, niños, adultos, adolescentes e incluso mascotas también. En total más de 80 millones de personas se han contagiado en el mundo, el 56% se ha recuperado, pero hoy lamentamos el sensible fallecimiento de casi 2 millones de personas. 

El tiempo pasa y lo que pensamos (o esperábamos) sería algo pasajero se ha convertido en la nueva normalidad. Trabajar y/o estudiar desde casa, no salir más que a lo estrictamente indispensable, el uso de cubrebocas, caretas y gel antibacterial se han convertido en artículos de primera necesidad, básicos y obligatorios de uso diario, socializar ahora es parte del mundo de las nuevas tecnologías, y el contacto humano es cada vez más satanizado por los riesgos a la salud que esto conlleva.

Por otro lado, los impactos económicos y sociales también resultan de gran relevancia. De acuerdo con la CEPAL:

  1. Tan solo en América Latina se espera una recesión económica de -5.3% en la región.
  2. El aumento en el índice de desempleo abrirá aún más la brecha de la pobreza y la desigualdad social.
  3. Solamente el 26% de la población en América Latina cuenta con un empleo formal que le permita trabajar desde casa.
  4. Más de 154millones de niños y jóvenes de la región tampoco cuentan con los medios para continuar con su educación a distancia.
  5. Existen grandes efectos sociales en: adultos mayores, niños, jóvenes, mujeres, pueblos indígenas, y afrodescendientes.

En este sentido, la llegada de las campañas de vacunación COVID-19 ayudarán a frenar la pandemia en el ámbito de la salud. Los gobiernos en los países se han dedicado a establecer también medidas que coadyuven a la recuperación económica. Sin embargo, los impactos sociales aún no están siendo atendidos, en ciertos sectores de la población continuarán, y no solo eso, si no que permearán a más largo plazo, tal es el caso de los niños.

Es indiscutible hoy en día que el distanciamiento social y el uso de cubrebocas es una regla de convivencia masiva, señal de respeto y consciencia cívica. Sin embargo, ¿Qué pasa con los niños?

 

 

De acuerdo a información oficial de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la  UNICEF basada en estudios clínicos: El uso de mascarilla no debe ser obligatorio para los niños de hasta cinco años, en aras de la seguridad y el interés general del niño y dada su incapacidad de utilizar adecuadamente una mascarilla con una asistencia mínima”.

 

 

Asimismo, ambos organismos recomiendan que los niños entre 6 y 11 años utilicen cubrebocas bajo las siguientes circunstancias:

  1. Si se encuentra en un área de altos contagios.
  2. Que el niño cuenta con la capacidad de utilizar de forma segura y adecuada el cubrebocas.
  3. Supervisión de un adulto

Finalmente, la recomendación para los niños mayores de 12 años es la utilización del cubrebocas bajo los mismos supuestos que los adultos.

Considerando la perspectiva médica y el riesgo que implica el NO uso de cubrebocas para los pequeños menores de 5 años; actualmente existe un gran número de evidencia científica y médica donde algunas corrientes defienden que los niños son en menor medida vulnerables al contagio, mientras que otras hacen hincapié en que son los principales portadores del virus. Nada es concluyente, pero es un hecho que tanto niños como adultos estamos expuestos al virus por diversas variables.  Lo que me parece relevante destacar es la percepción social que generamos de este hecho ante el pánico que enfrentamos y la posible segregación que puedan sufrir derivado de esto.

Hoy en día, otra gran recomendación que nos hacen las autoridades médicas alrededor del mundo es preservar la salud mental para lograr un balance integral de los individuos; en este sentido, existe también una gran controversia sobre la interpretación de las medidas de aislamiento que actualmente tenemos en muchos países, sobre todo en estas épocas de re-brotes y alertas máximas. Por lo que resulta relevante hacer mención a la información oficial de las autoridades, en este caso mencionaré lo referente a la CdMX quienes nos encontramos en alerta máxima y donde las medidas concernientes al semáforo rojo se refieren a la ejecución únicamente de actividades esenciales. Para la población se extreman medidas para evitar congregaciones que propaguen el contagio; Quedarse en casa es la mejor medida de prevención, aunque si está permitido salir a caminar a la redonda de sus domicilios. El riesgo de contagio en espacios abiertos y al aire libre es muy bajo sobre todo aplicando adicionalmente las siguientes recomendaciones:

  1. Distanciamiento físico no menor a 1.5mts,
  2. Utilizar mascarilla (No recomendado para menores de 5 años; incluso existe literatura para saber qué tipo de cubrebocas debes utilizar de acuerdo a tu condición, actividad, condición médica),
  3. Evitar acudir a lugares cerrados (sin ventilación) para evitar las aglomeraciones,
  4. Lavarse las manos continuamente y aplicar gel antibacterial,
  5. Al toser, cubrirse la boca y la nariz con el codo flexionado o con un pañuelo.

En resumen, nos estamos enfrentando a la pandemia del siglo y es indispensable cooperar con las autoridades implementando cabalmente las recomendaciones de las autoridades locales. Este año hemos dedicado mucho tiempo a generar cultura y consciencia entre los ciudadanos para llevar a cabo las medidas de prevención necesarias y acordadas para frenar esta pandemia. Sin embargo, ¿Qué tanto nos hemos ocupado en simplemente VIVIR?

 

Sí, solo vivir sin miedo. Vivir sin segregar a los más pequeños que por su corta madurez NO es recomendado el uso de cubre bocas y no por eso no tienen derecho de salir a caminar (con todas las medidas de seguridad e higiene necesarias adicionales). Sin el temor de que sean la fuente de contagio en nuestras casas. Hoy en día hay miles de personas deben continuar con sus trabajos de manera presencial para poder llevar el sustento a sus casas; el aumento en el número de contagios, y la continua información que recibimos sobre el tema puede llegar a ser abrumador y terrorífico, más aún cuando dichos trabajos requieren el contacto con otras personas, pero aprendamos a vivir tomando las medidas necesarias. No segreguemos, aprendamos a actuar de manera responsable con base en las recomendaciones. Documentémonos de manera adecuada en medios oficiales, no nos sobre documentemos en pre-juicio de nuestra salud mental, todos vivimos bajo situaciones, contextos y necesidades diferentes. Sobretodo VIVAMOS, esto llego para quedarse, y tendremos que adaptarnos a la nueva normalidad.

 

Sitios de información oficial y fuentes bibliográficas de este artículo:

https://www.who.int/es

https://www.unicef.org/es

https://coronavirus.gob.mx/

 

 

3 comentarios

  • ¡Muchas gracias por sus comentarios!

    Creo que la nueva realidad será dura, se estima que hemos retrocedido en temas de desigualdad social y educativa gravemente.
    En particular los niños, además del impacto educativo en países como el nuestro donde no estábamos preparados con infraestructura para mantener un sistema educativo remoto. También habrá impactos sociales que no nos daremos cuenta hasta más avanzada la generación. Recuerdan la generación de niños que podían salir a las calles libremente y sin temor?. Después, llegó la inseguridad y llegamos una generación de niños que podíamos jugar en la calle pero no ir muy lejos. Después, llegó la violencia y más inseguridad, y los niños ya no pueden estar solos y sin supervisión bajo ningún motivo. Y ahora llegó una pandemia… y ¿Cómo será el desarrollo social de estos pequeños a largo plazo? Más aún con los mensajes que nosotros como adultos sembramos en ellos.

    Patricia
  • Muy bueno! Cómo consideras será la nueva normalidad? Gracias

    Maria
  • Es de suma importancia , no contagiar de miedo a los pequeños , hay que concientizar no crear pánico , es muy cierto que hay que cuidarse pero hay que enfrentar los cambios que se requieran, no es fácil , pero es necesario.

    Bertha Sosa

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