¿Dónde se encuentra el placer femenino?

Por: Nadia Velmore  @nadiamaria_velmore

Muchxs se preguntan en ¿Dónde radica el placer femenino y de dónde viene? ¿Es verdad que viene del clítoris o viene desde las emociones o las dos cosas juntas?¿Está relacionado con el feminismo o es solamente una idea abstracta sin relación alguna?

 Las relaciones sexuales engloban diferentes rubros en la vida de los seres humanos, el género y sus identidades, la orientación sexual, la vinculación afectiva y el amor, así como la reproducción.

 Desde el momento en que un ser humano es concebido, los padres comienzan a adoptar comportamientos encaminados a la asignación de género basado en la diferencia genital. Al crecer estos roles de género, se irán reforzando a través de las instituciones socializadores como la escuela, los medios de comunicación, las leyes, la familia y por supuesto la religión que profesen los padres. Así esta persona comenzara a aprender estereotipos y comportamientos de acuerdo con el género que corresponde a sus genitales e ira rechazando los del género opuesto.

Socialmente el cuerpo de la mujer ha sido objeto de atribuciones de inferioridad. Una mujer vive muy diferente la sexualidad a un hombre y no es que los órganos reproductivos varíen ambos órganos sienten la misma excitación o el orgasmo. Sin embargo, la mente de la mujer es tatuada desde la infancia con prejuicios y estereotipos. Es así, que las mujeres aprenden que el deseo y la seducción es una forma de atraer y ser reconocida.  ¿Cómo y dónde aprende esto? Desde muy temprana edad se les dicta a las niñas a través de los medios de comunicación como deben vestirse, peinarse o incluso moverse para buscar la aceptación de su contraparte (comúnmente un varón).

Leemos los cuentos de “princesas” donde la hermosa e indefensa damisela anhela ser rescatada por el valiente príncipe azul y así lograr la felicidad. La princesa seduce desde los zapatos hasta el cabello, lo cual solidifica que a través de su belleza consigue la felicidad, no a través del cumplimiento de metas o “misiones” para si misma, no, ella esta para seducir y complacer. El príncipe será el encargado de cumplir sus metas (rescatarla) y llevar a cabo su “sueños” vivir felices por la eternidad. De esta manera observamos la carga social de ambos roles.

Algunos autores han coincidido que el erotismo femenino es concebido en una forma de “globalidad” mientras que el placer del varón esta puesto en la genitalidad esto lleva a percibir la sensaciones corporales de placer de manera diferente.

Para explicar esta percepción veamos algunos ejemplos tangibles, si la mujer no se siente deseada y amada sufrirá de decepción, sintiendo un vacío. Por lo tanto, pensar en una sensación de placer o excitación será inexistente, ya que para sentir placer la mujer necesita sentirse amada. El erotismo femenino esta tan íntimamente ligado a la seducción de la contraparte que hasta “la preparación de la casa forma parte integrante del acto de atraer y seducir (Albertoni 2006:42) tal como la mujer lo ha aprendido a través de lo impuesto por los estereotipos de género que se reflejan claramente hasta en los cuentos de “princesas”. El cuerpo femenino a través de la historia ha sido considerado como personaje secundario utilizado en su totalidad para generar placer al varón, dejando el propio placer de lado.

Por otro lado, el placer del varón radica en sus genitales, primero llegar a una erección donde pueda sentirse satisfecho y sentir que satisfizo a su pareja. Es así como la carga de sentir placer para el hombre radica específicamente en sus genitales, sin tomar en cuenta ninguna otra parte física o condición.

Hombres como mujeres tenemos órganos sexuales que cuentan con las mismas terminaciones y fisiologías en general. La sexualidad de las mujeres es vivida en forma diferente que la de los hombres, con esto no se quiere decir que se pueda sentir diferente respecto a sensaciones como la atracción, el deseo, la excitación o el orgasmo, sin embargo, los permisos sociales para vivir y disfrutar de las sensaciones y el placer no son los mismos, lo que hace la diferencia de cómo se vive y cómo se permite manifestarse (Zabalgoitia 2015)

Para poder entender, vivir y gozar la sexualidad plena, las mujeres deben entender que el placer es personal y nadie puede otorgarlo, sin embargo, pueden compartirlo con quien mejor les parezca. Para llegar a este placer se requiere de un autoconocimiento, disponibilidad y autodeterminación.  Ya lo menciona Angeles Mastretta en su libro arráncame la vida:  “Cuando estés con alguien piensa que aquí queda el centro de tu cuerpo (mientras toca su cuerpo). Que de ahí vienen todas las cosas buenas. Piensa que por ahí sientes, oyes y miras. Olvídate de que tienes brazos y cabeza. Tú ponte ahí. Verás si no sientes.”

Es este autoconocimiento y determinación para sentir para si misma lo que hace conocer el propio mapa erótico y no el que el varón decida o haya aprendido a través de la pornografía, el cual la mayoría de las veces esta completamente fuera de la realidad. La mujer debe entender y aprender a responsabilizarse de su propia sexualidad y placer (De Béjar 2006) porque quien más conoce el alcance del cuerpo sino la propia dueña de este.

Darse el tiempo para si misma, no dejarse presionar o influenciar por el temor a perder o herir a la contraparte es la autodeterminación y aun más importante aprender a decir “No” cuando no quiera el encuentro sexual.

Asumir el placer erótico para si misma y no para complacer a la pareja, saber encontrarlo y buscarlo dentro de si misma para después poder compartirlo evitara tantos encuentros sexuales con orgasmos fingidos. Al final estos encuentros dañan a ambas partes y continúan perpetuando el estereotipo de género que daña la mentalidad colectiva.

Generar un cambio de pensamiento a la sexualidad femenina sería más beneficiosas para ambas partes, así el hombre dejaría el estigma como “dador del placer” lo cual es una carga fuerte, pues como es bien sabido el tendrá que estar dispuesto a mostrar un erección firme y duradera situación que para muchos genera mucha presión y se vuelve una tarea dificil de cumplir. 

Un estudio realizado en Estados Unidos (De Bejár 2006) revelo que el 62.7 de los hombres tienen relaciones sexuales sin desearlo al igual que el 43.6% de las mujeres.

Menciona Hite (2006) el orgasmo femenino ha dependido por siglos del orgasmo del hombre y  la penetración masculina viviendo en una sociedad falocéntrica y exclusivamente heteronormada es decir exclusivamente heterosexual. Sin embargo, hoy en día estudios demuestran que las mujeres que tienen una pareja femenina tienen más orgasmos y de mayor duración a diferencia de las parejas heterosexuales. Esto se debe a que las mujeres conocen mejor su cuerpo y sus zonas erógenas así pudiendo aplicar este conocimiento a sus parejas. Por el contrario, los hombres han aprendido a tener una relación sexual rápida y totalmente genitalizada.

Finalmente, hoy podemos entender que cada una de las partes dentro de una relación sexual es responsable de su propio placer. Para llegar a un orgasmo placentero y satisfactorio ambas partes deberán de liberarse de estereotipos, permisos y tabús para sentir y poder compartir dicho placer con su contraparte.

 

Referencias

Alberoni, F. (2006). El erotismo México: Editorial Gedisa

Béjar, S. (2006). Tu Sexo es aún más tuyo. España: Editorial Planeta.

Hite, S., (2006). El orgasmo femenino. Barcelona: Sine Qua Non:

López, O., (2007). De la costilla de Adán al útero de Eva. México: UNAM Fes Iztacala

Perel, E., (2007). Inteligencia erótica. México: Editorial Diana

Sanz, F., (1999). Psicoerotismo femenino y masculino. México: Kairós

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