El difícil camino laboral siendo Mamá

 

Por: Joss Bedder

¿Se han preguntado qué se siente estar en la cima y caer súbitamente?

     Eso fue lo que sentí hace algunos años, seis para ser exacta.

     Mi primer hija nacía y fue ahí cuando me enfrenté a todos los retos, y no hablo de los inherentes a convertirse en mamá.

      Mi trabajo siempre había sido primordial, y embarazarme era impensable porque miles de preguntas rondaban en mi cabeza, ¿Qué va a decir mi jefe?, ¿Y si me sacan de los proyectos?, ¿Y si me siento mal y ese día tengo una presentación?, ¿Qué voy a hacer cuando no pueda salirme antes de la 1:00am por una presentación?

    Todos esos miedos que se presentaron en forma de preguntas fueron reales, en mi caso estar embarazada fue causa de discriminación laboral, y lo es así con muchas mujeres.

 

    Para empezar las mujeres enfrentan despidos o simplemente se dan el lujo de no contratarlas si están gestando.

    Aún hay empresas que piden certificado de no embarazo para poder contratarlas pese a que esto es ilegal.

    Según el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) de 2011 a 2017 se presentaron 746 quejas por éste hecho. Es así como estar embarazada es la primera causa de discriminación laboral en México.

    “Incluso simplemente por estar en edad reproductiva ya hay una tendencia a limitar el acceso al trabajo (de las mujeres), limitar los ascensos, casos en los que hay despidos por embarazo, o que le pida a las mujeres trabajar durante sus descansos de maternidad”, explica Alexandra Haas, presidenta de CONAPRED.

     La discriminación de las mujeres en el trabajo tiene un impacto económico fuerte. De acuerdo al Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) cada año se pierden 240 mil millones de pesos por no incorporar a las mujeres al sistema laboral mexicano.

      Increíble que en nuestro país estemos en “la edad de piedra”, mientras en otros países el embarazo se ve como algo natural y se protege al máximo. Empresas Internacionales ven beneficios al embarazo como parte de su salario emocional, mientras tristemente las empresas mexicanas son las más rezagadas y lo señalan.

En México hay 30 millones de mamás, se reporta que el 43% de ellas trabaja. En mi caso opté por convertirme en mamá de tiempo completo, y emprender mi propio camino laboral, siendo yo mi propia jefa.

Si me peguntan cómo ha sido, difícil, muy difícil, pero reconfortante.

Soy mamá, ahora en este tiempo de pandemia también soy auxiliar de maestra, chofer, cocinera, me convierto en niña chiquita cuando de jugar se trata, cambio pañales, hago reportes, estrategias de mercadotecnia y muchas cosas más.

 Pero con los ojos cerrados lo volvería hacer de esta manera ya que así puedo combinar mis dos pasiones.

 Lamentablemente no todas tienen esta opción, no todas las mujeres embarazadas que han sido despedidas injustificadamente cuentan con la misma suerte y desgraciadamente los casos se siguen sumando.